Tras su segundo disco en directo, Danza Invisible lanza su primer álbum de estudio con la formación reducida a cuarteto. “Por Ahora” (GASA, 1996) fue producido por el propio grupo junto a Simon Emmerson, especializado en lo que se llama músicas del mundo. El álbum se abre con “¡A sudar!”, su canción promocional, claramente dirigida al baile y las listas de éxitos que, a pesar de todo, no consiguió levantar las ventas del disco, relativamente bajas para un grupo como este.
La influencia caribeña / afro-americana se advierte en muchas canciones del álbum, como la mencionada, el par que le sigue o “Me conformo”, y reencontramos raíces latinas, en modo de toque flamenco, en “La eternidad no dura”. Fuera de esas raíces intentan mantenerse con “Corazón acorazado” o “Podemos regalarnos esta noche”, más imbuidas de funk, pero son aquellas las mejores del conjunto. Cuando se salen de esa senda, el grupo suena algo más perdido. Incluso se atreven con un pequeño extracto en clave dub, “Por ahora”, que aparece brevemente en dos momentos del álbum.
No se trata de un mal álbum, pero por algún motivo el público lo acogió fríamente y condicionó la grabación del siguiente LP.