Si en su primer EP Los Gratsons se muestran como un conjunto radical en sus planteamientos, aquí ya contemporiza un tanto y tragan con algún tema alejado de su estilo, seguramente impuesto por la empresa discográfica.
Poco convincente versión del “Popotitos”, alejada de la fuerza con que la tocaban Los Diablos Negros y sin el empuje de Mike Ríos, por no citar la excelente lectura de los mejicanos Teen Tops. La tuna a ritmo de rock con una “Triste y sola” más triste que nunca. Seguramente les quedaba muy bien en directo, pero el vinilo demanda otro tipo de canciones.
Lo mejor puede encontrarse en la B con el cover español de uno de los primeros éxitos de Cliff Richard: “Dynamite”. El cantante lo hace bien, la guitarra raya a gran altura, el bajo se muestra seguro en un tema relativamente difícil y la locomotora rock avanza sin accidentes.
Completa el cuarteto un tema italiano de reminiscencias brasileiras a ritmo de samba. Adoptan aires de orquestina cincuentera y quedan por debajo de la versión que de esta misma canción hicieron especialistas como Los Brujos.
Aunque el repertorio y arreglos son cuestionables, el conjunto ha mejorado desde su primer disco y se notan las horas de ensayo y de actuaciones. La guitarra es ahora líder instrumental indiscutible y Ramón va camino de hacerse el gran guitarrista que luego fue, el cantante es versátil a la fuerza y los coros, antes inexistentes, juegan ahora un papel estimable. Por el contrario, se ha perdido un tanto el empuje juvenil del que se quiere comer el mundo micrófono en ristre.