Podrida Ser

Paso de gigante en todos los aspectos el de Rosvita con la grabación en los estudios Brazil de Madrid de este disco autoeditado, y -de nuevo- un diseño cuidadísimo con formidables ilustraciones a cargo de Manuel Campos.

Inicio vibrante y juguetón con «Llévame a caballito (D.F.)» y querencia por los paisajes sonoros y el post-rock («Próxima parada: Quijada Quemada») que al retorcerse con las atmósferas desquiciantes e inhóspitas («Hoy no he visto la luz», «Desde Marte con amor») es cuando se vuelve realmente interesante, cuando más a prueba nos ponen el nervio auditivo, como en «Fiera» y su minuto final de acople oscilatorio tan de fin de concierto.

Las referencias esta vez son asimiladas por completo y mucho más ricas que en su anterior entrega. Se puede percibir un poquito de Broken Social Scene en «El croquis» y otro poquito de El Columpio Asesino en «Calcetines rojos de la suerte», gran composición delirante y surrealista que se erige como santo y seña de la formación, sin dar de lado a las guitarras desatadas en «Despertarme», la más post-rock del lote y muy bien desarrollada. Pero el mejor exponente del disco es «Hoy no he visto la luz», una amalgama de pop, electrónica, hip-hop e incluso nu-metal llevado al lado de Rosvita.

En el libreto interior, que no es más que un folio doblado en cuatro, nos encontramos un personaje fantasmagórico bañándose en lo que parece su propia sangre y un bocadillo del cual exhala el siguiente texto: «Galicia, linda tierruca… buenos vinos, buen marisco, buena carne, buenos sintes, buenos días». Y buen disco, alli, aquí y en Lima.