Plenitud

Plenitud

Desde la portada, en que por primera vez no aparece una foto del grupo, parece que se nos quiere demostrar que los Módulos han cambiado, que esto es otra cosa bien diferente a lo anterior. Temas largos, una clara apuesta por la música progresiva y el rock sinfónico -las influencias de Yes y Genesis son obvias-, unos duelos entre guitarra y teclados de muchos quilates, la sustitución en varios temas del sonido Hammond por otros teclados más dúctiles como el Solina y el piano eléctrico conforman un cambio sonoro muy importante. Con este álbum se produce un cambio apreciable en el perfil de los seguidores del grupo. Si bien algunos de sus compradores de siempre les dan la espalda, los amantes de la música progresiva y de los grupos ingleses más vanguardistas del momento fijan sus ojos en este grupo al que hasta entonces muchos habían considerado simplemente uno más del espectro comercial. No es de extrañar que en numerosas relaciones de música progresiva española «Plenitud» (Hispavox, 1972) siempre aparezca en un lugar preponderante.

Con todo, el álbum es irregular y el sonido Torrelaguna aún planea sobre la mayoría de las composiciones. Las tensiones entre músicos y productor se hacen patentes en algunos temas que mezclan partes de estilos y arreglos muy distintos.

El álbum se abre con «Promesas», un tema de cerca de ocho minutos, de los cuales solo dos son cantados. Un larguísimo preludio instrumental con profusión de punteos de guitarra y melodías de órgano dan pie a una parte cantada en la que la voz de Pepe Robles aparece más seca que de costumbre. Cuando todo aparece terminar se desata un rock and roll clásico cantado en inglés. Un tema interesante en lo instrumental pero un tanto deslavazado en la pretendida fusión de ritmos y estilos.

Los acalorados oídos del oyente se ven refrescados por «Otra vez» en la que las guitarras acústicas, el bajo y la pandereta son todo el equipaje instrumental que arropa unas voces que parecen sacadas de cualquier tema de Crosby, Stills y Nash.

«Piensa en mí» es una balada de voz quejumbrosa y suave acompañamiento que se va endureciendo a medida que discurre el tema. Buena intervención de los teclados utilizando varios instrumentos distintos.

Parece que cuando se compuso y grabó «No quiero pensar en ese amor» todos tenían en la cabeza el éxito de «Todo tiene su fin». De nuevo un principio de órgano eclesiástico arropando a una voz de terciopelo, un buen arreglo de cuerdas en el climax de la canción y ese aire de nostalgia majestuosa tan del estilo del grupo. Absolutamente recomendable para los que quieran saber qué es una canción bien arreglada. Con este tema los Módulos volverían a encabezar las listas de ventas y popularidad y supuso el último hit del grupo a nivel popular.

«Como un sueño» es una concesión al sinfonismo por parte de un piano de corte clásico como protagonista instrumental del tema y la voz de salmodia de Pepe Robles tan maravillosos como en sus inicios. Un tema muy poco recordado y que me gustaría destacar.

«Algún día sabrás, niña» queda pelín hortera. El primer plano está ocupado por un bajo en ostinato que no varía durante todo el tema. Poco que destacar salvo el solo de guitarra en plan Costa Oeste que ocupa el centro del tema.

El álbum termina como empieza, con una largo tema titulado «Al despertar» en el que demuestran los buenísimos músicos que eran. La profusión del despliegue instrumental prácticamente difumina cualquier atisbo de melodía.

Grupo:

Se puede considerar a Los Módulos el...

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Tracklist:

  1. Promesas
  2. Otra vez
  3. Piensa en mí
  4. No quiero pensar en ese amor
  5. Como un sueño
  6. Algñn día sabrás, niña
  7. Al despertar

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