Tras la gran acogida de "La Herida Universal" (Ernie, 2010), Julio de la Rosa nos presenta su quinto disco en solitario. Un álbum de excesos, de amor y de trastornos (pequeños y sin importancia, claro).
Diez cortes que mantienen la línea de su anterior trabajo, cortes que, según la hoja promocional, "esconden toxicidades muy peligrosas y síntomas claros de distintos trastornos de personalidad que se pueden ir descubriendo en cada una canciones".
Lo cierto es que el disco sorprende desde la misma portada, con esa foto que no dejará indiferente a nadie y que presenta múltiples lecturas, según la perspectiva que quiera dársele. Ese factor sorpresa es uno de los motores del disco.
La grabación tiene lugar en los estudios El Lado Izquierdo con Dany Richter, y Julio se hace acompañar de algunas de las mejores voces del panorama nacional: Josephine Ayling (Boat Beam), Bunbury, Ana Franco (Coffee & Wine), Nahúm García (Clint), Miren Iza (Tulsa), Nieves Lázaro (JF Sebastian), Ainara LeGardon, Dani Llamas (G.A.S. Drummers), Xoel López, Juan Alberto Martínez (Niños Mutantes), Hannot Mintegia (Audience), Miguel Rivera (Maga) y Anni B. Sweet. Como banda, Julio cuenta con los Havalina: Ignacio Celma al bajo, Manuel Cabezalí a la guitarra, Javier Couceiro a las percusiones, más Jorge Fuertes (We are Standard) a la batería, Abraham Boba al piano y Pau Roca (La Habitación Roja) también a la guitarra. Casi nada.
Las historias de amor-desamor como la inicial "Colecciono sabotajes"- son las protagonistas de un álbum que presenta más matices: poesía, dureza, venganza… Es el corte inicial una declaración de intenciones con un determinista “Si me quieres, bien / Si no, me voy” que llega bien adentro.
Julio se muestra duro en muchos momentos, sobre todo con los que hacen daño -“Yo antes era un valle / con lo habitual / verde y manantiales, aire fresco, equilibrio y paz / hasta que llegaste / espectacular / arrasando bosques / poco a poco pero sin piedad” canta en "Un corazón lleno de escombros". A ellos les promete venganza: “Quiero que te escueza tanto que te quieras arrancar la piel / que la herida nunca cierre, que la sal te ayude a comprender / que lo sufras / que ya es hora / y si escuece / que te jodan” ("Maldiciones comunes").
Pero también hay dulzura, como la de "Kiss kiss kiss me" acompañado por la voz de Josephine Frances de Boat Beam, y humor atormentado que busca la autoafirmación -“Si el amor es un trastorno, uno más qué más me da / Llego tarde a todas partes, pero voy silbando” ("Tarde a todas partes").
Julio de la Rosa continúa creciendo como autor y demuestra con este trabajo encontrarse en un gran momento de forma.