Pequeño Salvaje

La carrera de Kiko Veneno durante los 80 fue irregular, cuando menos. Tras «Seré Mecánico por ti» (Epic, 1981) (que supo a poco pese a algunos temas memorables) y el inofensivo resucitar de Veneno con «Si tú, si yo» (Epic, 1984) (que no supo a nada), «Pequeño Salvaje» (Nuevos Medios, 1987) viene a ser el trabajo más flojo en su carrera en solitario.

Uno tras otro, los temas intrascendentes se van sucediendo. La aparente calidad del tema homónimo, con el que se abre el disco, viene seguido de un bolero inocuo que se alarga durante más de cuatro minutos sin sentido alguno («Tú quieres la verdad»). Lo mismo ocurre con «Yo lucho», un medio reggae lleno de las rimas aparentemente facilonas marca de la casa (salvo que aquí son realmente facilonas).

«Cuando te beso» es un rock de aire country que con el tono marcadamente punk de Kiko (aquí recuerda a Joe Strummer) que no acaba de arrancar. «Autolesionado» hubiese funcionado con otra producción, porque tiene cierta gracia la letra, pero el resultado parece más una canción tonta de cualquier película de Fernando Colomo que otra cosa.

Interesante «Dale fuerte», un rock con violín incluido, una de las pocas que se salva del disco. Cosa que no se puede decir de «Barón Rampante» , que no está a la altura de su referente literario (la novela de Italo Calvino del mismo título). Todo suena desafinado y desconcertante.

«Ankaguanana» es otra de las pocas que se salvan de la quema, con ese aire de baile de pueblo (es un pasodoble), que sobresale en un conjunto de canciones que ni pinchan ni cortan.

Pese a las aspiraciones modernas del disco y a los coros de Martirio, definitivamente este no es un buen disco de Kiko Veneno. Habría que esperar cinco años más para eso. Y valdría la pena.