Celebran Brutalizzed Kids su decimoquinto aniversario de la manera que mejor saben, la de editar discos. Su nueva entrega la han grabado en los estudios Guamasa con Ayoze Hernández al cargo de las cuestiones técnicas.
La nueva entrega de es una auténtica descarga (otra más) de sonido. Es también una explosión de color, porque la presentación en CD es arrebatadora: el cartón que lo protege, la portada en sí, la impresión sobre el propio disco (con la cara de un bebé repetida en colores diferentes, un poco a modo del «Clonycore» (Alua / Walkiria, 1997) de MG15) y el libreto interior con letras, fotos y demás información, compuesto a modo casi de collage cromático.
Son, cada vez más, una maquinaria perfectamente engrasada que produce intensidad hecha música, en la que es posible apreciar incluso chispazos de electricidad que saltan. Su sonido se hace reconocible en cortes como «Confíe» o «A mi lado«, donde conjugan electrónica, rock y melodías que tienen algo de entrañables y atrapan con su épica de guitarras y efectos.
No renuncian a su vertiente más dura de techno industrial, la de «Por dentro» que hace pensar en el «Money is not our God» de Killing Joke, o de ese efecto de rodillo que se lleva todo por delante y en donde es posible construir suavidades vocales a partir de la crispación de la voz de Albert.
Con «Bang bang!!» o «Ercasam» dejan entrever asimismo querencias por un rock pesado y denso, que no requiere de la velocidad en su desarrollo. Y es que no les importa regodearse trabajando temas que superan con creces más de 3 minutos, y en el caso extremo de «Maximabato» (la única grabada en los estudios Mono Rotten), un ejercicio de chillout incluso planeador, hasta los 9 minutos.
Cuentan con Edui Bercedo (integrante primero de Familia Real, y luego de un sinfín de proyectos posteriores) para la también relajante «Otra vez«, una auténtica preciosidad.
El disco lo cierra «Agárrame«, un tema extra vertiginoso y picante.
Siguen a tope los canarios, cada vez más sólidos y firmes.