Como si de un collage se tratara, los Pegamoides nos proponen en esta segunda dosis un trabajo con elementos de diferentes texturas, de buena calidad, de nuevo con historias y paisajes fantásticos como nexo de unión, pero de naturalezas algo dispares.
En «Otra dimensión» se llevan de viaje hiperespacial a Robert Smith para mostrarle cómo a esa velocidad también se pueden cantar las penas. «Bote de Colón» es una maravilla kitsch de la electrónica emergente que, al más puro estilo pop-art,se basta de elementos sencillos (letra simple, la música de las palomitas y un falsete) bien dispuestos para poner en entredicho algo tan en boga como la fama. «Quiero salir«, aflamencada, tensa y claustrofóbica, supone la aparición de su vertiente gótica, con buen resultado, pero algo discordante frente al resto de temas.
La tónica sigue, por tanto, una línea continuista respecto al primer trabajo (tan sólo rota por el ya mencionado calado siniestro del último tema), exprimiéndose la misma fórmula de letras nada pretenciosas repletas de contenido, y envueltas en ritmos pegadizos e intensos, acertando otra vez de lleno.