Después de no conseguir vender las doscientas mil copias requeridas para obtener una carrera discográfica en solitario; Tessa, Elena Gadel y Marey se embarcarían en esta aventura de vida efímera y pobre acogida. Desde su sello se intentó lograr el mismo éxito que habían obtenido el año anterior con Fórmula Abierta, también salido de Operación Triunfo.
Pero los resultados fueron bastante diferentes. No sorprende de todas formas dicho resultado, ya que no creo que desde la productora se preocupara de si las voces de las tres conjuntaban o de definirlas y diferenciarlas del resto del panorama musical. Siendo éstos los principales problemas de este álbum.
Porque es imposible definir el estilo de Lunae, ya que en todo el álbum suenan a diferentes cosas, y no muy cercanas entre sí, todo sea dicho.
El disco se inicia con «Nací para volar (Dancing in the sky)» donde Lunae demuestra la vertiente dance-pop del grupo, y se acercan a gente como Atomic Kitten o Girls Aloud. Entre ellas lo mejor es el single «Hipnotizadas«, que fue verdaderamente su único éxito al ser la música de anuncio de un aperitivo; y la más prescindible es «Viva otra vez (I’ll rise again)» con un ritmo machacón horrible.
El lado más interesante y el más destacado del trío es aquél que lo acerca a la música negra, más concretamente al r&b contemporáneo. Este trío, aún cantando en un inglés no muy académico, se arriman a otros grupos vocales femeninos como Destiny’s Child o TLC. Y es que la tripleta formada por «Knockin’«, «Crushed» y «Loveshy» es de lo mejor del disco.
Pero las buenas noticias se quedan ahí, y el resto del álbum es puro relleno de baladas y medios tiempos que aburren al oyente. En «No estás solo» cuentan con la participación de su ex-compañero de Academia, Enrique Anaut, y aunque no aparece acreditado parece que la voz de fondo en «Superwomen» también es la suya. Mientras que las tres últimas canciones del disco son hechas para mayor gloria de cada una de ellas, algo curioso porque no deja de ser un trío vocal.