Vuelven pisando fuerte al mercado con un cambio de look, algo más rubias e imagen más seria. Una de las portadas más recordadas de su carrera con las dos hermanas en blanco sobre un fondo negro y Toñi mostrando la imagen de Jesucristo como foco de la portada.
Abre el tema homónimo que ya estaba sonando por todas partes con ese aire embrujador y bailable al mismo tiempo, una fusión bastante buena. Solo se vive una vez era una frase directa y popular que les llevó a ventas estratoféricas y a consolidarse en el imaginario popular, por lo que intentarán repetir fórmula con refranes y frases hechas en canciones como “Mecachis” o “Ande yo caliente”, esta con toda una serie de metáforas. Pero va a haber referencias así durante el 80.
Las baladas sensuales vienen con “Suave”, una canción interesante en arreglos pero no tanto en letra, “Agua que no has de beber” con una fuerte representación de elementos naturales y “Apaga y vámonos” la canción más flojita del disco.
El medio tiempo “Dime que me quieres” se queda un poco desinflada y vuelve a tirar de referencias a fábulas y frases hechas. Sin embargo, su otra compañera de medio tiempo “Cómeme la piel a besos” resulta mucho más llamativa aunque algo repetitiva con varias escuchas.
El golpe en la mesa lo dan con “Ese beso” donde se atreven con unos sonidos sacados del hip hop americano que estaba dominando las listas en esos momentos, con un videoclip que no deja a nadie indiferente. Con “Cumbaya” se mueven por los derroteros del merengue al más puro estilo Azúcar Moreno, que ya tenía sello propio. Otra música a nivel producción muy interesante es “Flamenco” la canción que puede acercarse más a su buque insignia «Bandido«.
El último tema es un regalazo, compuesto por su hermano Juan Salazar y con la compañía de Los ChunguitosAñade este contenido a guitarra, palmas y voces.
Este disco, lanzado en octubre de 1998 resultó otro despunte en ventas, sin llegar a lo que consiguió el anterior pero que coronó a Azúcar Moreno como las reinas de los veranos de finales de los 90.