Ojalá

Como no la habían torturado lo suficiente en lo artístico y en lo personal tenemos el tercer disco de Rosa tres años. Alguna mente privilegiada debió pensar que sería un buen golpe comercial y así no tendrían que contratar poco más que a un arreglista y la plantan un disco de villancicos. Si la habían hecho cantar una vergonzosa canción con la base musical de El Adagio de Albinoni ahora la visten de Mama Noel  y a seguir tirando su carrera por la borda.

El abandono del público ya es notorio bajando las ventas de cada disco de forma brusca. Rosa da la sensación de ser un juguete roto y un disco-broma como este no hace más que potenciar esa imagen. Sí, ya sabemos que en la industria americana es muy habitual los discos de navidad. También conocemos los resultados artísticos del asunto a no ser que te llames Sufjan Stevens. Pues eso, pero en peor, es el disco navideño de la granadina Rosa López.

Canciones ad hoc más algunos clásicos que jamás habían sonado tan vulgares (pobre Irving Berling y su “White Christmas”) y hasta un villancico en catalán por aquello de las cuotas rematan uno de los discos más terribles que se puedan imaginar.

El disco alcanza el platino cuando este aún valía los cien mil discos y desde vale Music se ufanan en decir que, en realidad era una edición limitada a esa cantidad y que se había agotado. El disco no es difícil de encontrar en las cubetas de saldos de cualquier gran almacén.