El porqué del título de este EP lo contaban en un entrevista: “Antes íbamos al ensayo en el Simca a un pueblo que está en las afueras de Granada, el pueblo ese famoso de la tía esa, la Rosa de España, tiene cojones… y siempre hablábamos de nuestros problemas personales, de la complejidad de la existencia y ese tipo de cosas. Era una especie de confesionario. Ahora hemos vivido otro período similar”.
El disco, por otra parte, comienza con «Ayer«, canción que se incluirá en «El Sol de Invierno» (Astro, 2002), y que es una de sus más celebradas; una canción que profundiza en el sonido oscuro y denso iniciado en su anterior largo. Parece, en fin, que el sonido del grupo va a seguir en esa línea y, sin embargo, ya a partir de «3-2-3» se hace mucho más melódico y accesible, muy pop, con coros y un sonido más suave.
En «El mundo real«, vuelve un poco a esos derroteros, pero más acústico, de guitarras pulidas y mucha menos distorsión y ni rastro de la crudeza y contundencia que buscaban en sus inicios. Y en esa misma línea va «La piedra«, también de tono oscuro y pausado, pero pasando la fuerza de las guitarras a un segundo plano, dando protagonismo a la melodía.
Se va, pues, suavizando el sonido. Se siguen haciendo buenas canciones, con melodías bien construidas y letras con sentido. Pero la fuerza y la frescura se echan todavía más de menos. El disco deja algo frio.