Poco antes de que Micky grabase su primer disco en solitario, Micky y Los Tonys van a poner en el mercado su último sencillo encabezado por una balada con acompañamiento orquestal que poco o nada tiene que ver con las canciones a las que nos tenían acostumbrados en años anteriores y que no merece cerrar la trayectoria de uno de los grupos más cañeros y desenfadados de los 60.