Como los dos sencillos anteriores, procedentes de “Añoranzas” (Novola, 1976) habían pitado muy bien, la marca se anima a pescar en el mismo caladero el tercer single.
Mala jugada porque ya alejado en el tiempo de sus predecesores y con dos temas medianos, que desde luego no están entre los más destacados del álbum, consiguen que el mercado les vuelva la espalda. Y es que la avaricia rompe el saco.