Lo que se le había resistido a Maria José Serrano tanto con Las Chinas como en solitario como Kikí d’Akí, no sólo es saldado con justicia veinte años después con «Mi Colección» (Siesta, 2003), sino que el destino nos permite que nos demos un auténtico festín: ¡tres discos en cinco años!
Si precisamente uno de los factores más discutidos y discutibles de su anterior entrega, el mágico «Villa Flir» (Siesta, 2006) había sido la histriónica y sobrecargada producción de Guille Milkyway, que uno no sólo la considera no intrusista sino incluso más interesante y atractiva que la gris y austera de «Mi Colección», con este «No Mires Atrás» (Siesta, 2008) se tira por el camino de en medio, eligiéndose a Parade como productor, quien realiza una labor más sutil (tan sólo quizás en «Sola» su mano sea evidente), pero también con el abrillantador en la mano para pulir las canciones. De nuevo repite Sergio haciendo pleno en la composición, y de nuevo portada tomada a partir de uno de sus cuadros.
Las referencias temporales en los trabajos de Kikí son una constante, y en este disco están más que presentes, esta vez desde la propia portada, paradójicamente como punto de partida para facturar un pop atemporal, original y único. Como ya he mencionado anteriormente, el eslabón perdido entre distintas generaciones, entre el pop delicioso de Berlanga y el de Le Mans. Entre el de Vainica y el de Berlanga. Entre el de Le Mans y el de Single. Un pop, que como en «Azul», inspirada en el IKB de Yves Klein, nos acoge y nos da cobijo. Cumpleaños felices en países maravillosos soplando velas ficticias y nanas para adultos que no necesitan dormir, sino soñar. Fuego de hielo. Kikí d’Akí.