«No me gusta el rock» es toda una declaración de principios y, además, una de las canciones más conocidas de La Romántica Banda Local. Un ritmo sostenido por un bajo vacilón y efectos sonoros de tubas, pitos y platos sostiene una letra surrealista dedicada a un hermano que es una sombra y al gato del vecino. La voz de Carlos Faraco transmite una socarronería desmayada que acaba haciendo su cómplice al oyente. Al final, un inesperado disloque rockanrollero que desmiente la intención del título. Una canción imprescindible que en el otoño de 1978 supo saltar desde los programas más atrabiliarios de las FM hasta las listas de éxitos de todo el país.
El complemento de la cara B, «Si estuvieras aquí«, cantada por el guitarrista del grupo, Jorge Marino, recorre caminos bien distintos con una guitarra española y una flauta dando una larga entrada a la letra protagonizada por una veterana pareja. Reminiscencias de jazz en el puente instrumental y una incisiva guitarra eléctrica endureciendo lo que aparentemente -solo aparentemente- es una tierna balada.