Los siempre socialmente comprometidos Aguaviva no podían quedar al margen de la Transición democrática, tan pródiga en discos de todo tipo. Su implicación va a guardar otra de las grandes sorpresas de su carrera y van a decantarse por el españolísimo formato de la zarzuela. Pues «No Hay Derecho» (EMI, 1977) es un sainete tragicómico que pone en solfa por igual los últimos coletazos del franquismo que los inicios multipartidistas en los que todas las fuerzas vivas querían coger cacho en la recién nacida democracia.
Junto a temas de aplastante seriedad como «La vsipera» o «Labrador de campo seco«, encontramos cachondadas verbeneras como la inicial «De los raros derechos«, o fragmentos de discursos muy de la época como «Los fieros leones«, «Consejero natural» o «Mitinenado«, en el que el conferenciante imita la palabrería fascista a la que tanto estábamos acostumbrados en aquella época.
Como no podía ser de otra forma, el disco guarda momentos de alta calidad que nos recuerda en ciertos momentos a Desde Santurce a Bilbao Blues Band junto a otros menos interesantes, aunque afortunadamente los primeros abundan sobre los segundos.
En una obra que debe ser adoptada como un todo único, se hace difícil elegir unos u otros cortes, pues cualquier elección mutila el cuerpo de la obra. Pero como hay que elegir, me quedo con «El profesor«, un claro homenaje a Tierno Galván, un auténtico idolo universitario que todavía no había llegado a la alcaldía de Madrid y que en aquel año dirigía un soñador proyecto llamado PSP. Tampoco puedo resistirme a ese estribillo a tiempo de pasodoble que rezaba: «No hay derecho, no hay derecho, que no dejen llevar a las majas flores en los pechos«. Se puede completar el trío con «Pisoteados«, sin duda, uno de los mejores momentos de toda la obra en que Aguaviva dan tanto en instrumentación como en voces la mejor medida de su calidad.
Se quedan en el tintero temas como «No hay derecho, Lou«, una explicita referencia a Lou Reed y su «Walk on the wild side» o las dos largas piezas finales.