En el primer álbum de Undershakers, editado en 1996 por Subterfuge, se recogen los cuatro temas que habían aparecido en su EP de presentación, “Undershakers” (Subterfuge, 1996), regrabados para la ocasión, e incluyen dos versiones: “What a live”, original de The Mockers, y una interesante toma de “Take my trip” de David Jones & The Lower Third (es el David al que luego se conocería como David Bowie). Se hace patente por esto la urgencia de publicar este primer disco ante el interés que había levantado la banda tras aquel primer lanzamiento. A pesar de lo que por ello pudiera imaginarse, el resultado no es apresurado ni flojo, las nuevas composiciones no cojean y mantienen las expectativas, si bien es cierto que la originalidad no es su fuerte.
Es este “Night Show” (Subterfuge, 1996) un disco muy endeudado con los referentes del conjunto, especialmente su fijación por los 60 y el sonido garage. Hay cierto toque siniestro a lo largo de todo el disco, producto de la presencia del Hammond de Lara González, que es una de las características definitorias del «sonido Undershakers» aquí y en todos sus trabajos. Y también es palpable la energía del combo, las ganas que le echan y su fe en sí mismas. Es de esos discos en los que se aprecia que los autores disfrutan con lo que están haciendo, y eso se contagia.
Entrando en las canciones, todas ellas interpretadas en inglés, y dejando a un lado las mencionadas versiones, hay que reseñar especialmente “Be my ghost”, tenebrosa canción con una atmósfera muy conseguida con un suave devenir que desemboca abruptamente para dar paso a “Criminal girl” y sus chasquidos y el amenazante estribillo: «I’m a criminal girl and you must die«. También nos regalan con un tema instrumental, “Waves”, que como se puede deducir por el título está en una onda surf muy cultivada por su tierra. Y para cerrar el disco, dos de los temas incluidos en el EP, tales como “You can shout” y sobre todo “Symphony day”, la que más se despega del conjunto, una bonita balada rockera llena de crescendos, la mejor interpretada de todas.
Como conjunto, “Night Show” es un álbum bastante aceptable, tan sólo dura media hora escasa, con lo que se puede oír una y varias veces sin que agote. Tal vez un poco añejo pueda sonar hoy día, sobre todo si lo sometemos a la comparación con otras obras de Undershakers. Por las circunstancias mencionadas en que fue publicado poco más se le puede pedir, y con la perspectiva del tiempo se le puede dar el valor de ser un primer paso que asegurara la posterior trayectoria de la banda.