Broke Lord debutaba en 2017 con “Death of a Flower” (Discos Belamarh and Gog Artifacts, 2017), un conjunto de canciones intensas que se movían entre el post folk y el pop fantasmal cargado de oscuridad, con ecos de The Angels of Light, Nick Cave o Death in June.
En su segunda entrega se mantienen esquemas y el pop oscuro y el post folk continúan siendo los ingredientes principales. Si en su debut el eje vertebrador de las canciones giraba en torno a la muerte, aquí el concepto de caída y reconstrucción es principal.
Un trabajo grabado de nuevo en La Mina (Sevilla) con Raúl Pérez, con Macky Chuca (coros / voz principal en “Eve of all churches Burning”), Marco Serrato (bajo en “Nazgul Says”, “Illumination” y “New Town”), Asier Maiah (guitarras), Antonio J. Moreno (batería y percusiones) y Raúl Pérez (sintetizadores y teclados).
El crecimiento del proyecto queda patente ya desde el corte homónimo inicial, un pasaje realmente intenso que se presenta como un viaje iniciático a la transcendencia. Un corte íntimo en el que el héroe desciende al dolor mundano… “And was beaten to death by the pigs? / Beaten to death by the pigs / beaten to death… // Oh, I’m a little tender soul / a little tender soul / that’s what the Nazgul said / Trapped into this bloody mess“. La pulsión de vida luchando con la pulsión de muerte, la luz enterrada por la oscuridad… Una producción impecable y un juego a dos voces (Luis Boullosa y Macky Chuca) que funciona de manera brillante.
Las letras juegan un importante papel, letras muy cuidadas siempre con un poso de poesía y dureza. Bocados de realidad envueltos en crudeza y sinceridad. Nos encontramos con el exilio interior y el derrumbe en un corte enorme como “Hole of a soul“. Una canción profunda y sentida que termina atrapando… “Well I’m living in the hole of a soul / And it feels like a rotten tooth / But I swear that I love this poor home / Like you love a well or a root // Yes I live inside the skull of a cat / Everything is carved in stone…“.
El encontrarse a sí mismo, la iluminación, tiene un precio, algo que queda claro en “Illumination“. Cuando seguir adelante es la única opción posible, solo queda buscar una tabla de salvación y aferrarse a ella.
El disco es un estado de ańimo que nos lleva a parajes desolados por la tecnología, a páramos de alienación -“Digital mother“-; la revelación de una civilización próxima al colapso que vive su apocalipsis particular -“Eve of all churches burning“-. Esta última son más de ocho minutos viajando a gran velocidad entre cadáveres de hormigón en llamas con Macky Chuca mostrándose firme y profunda a la hora de mantener el mensaje. Espíritu punk aderezado con un sonido maquinal y punzante.
Hay aproximaciones o ecos de Dylan en ese canto al tedio provincial llamado “New town” y en “I wanna go to the beach“, y medios tiempos con alma fronteriza como “Pay in rain“.
Un disco a tener en cuenta, un refugio al que recurrir cuando las fuerzas flojeen y las sombras te acorralen.