Como muchos otros grupos de su generación (casi todos, sería más correcto decir), Paperhouse parte como un grupo interesado sólo en música de origen anglosajón, en el que las guitarras con distorsión nublen su impericia como músicos, y un inglés de instituto oculte sus deficiencias en los textos. O sea, que esconda más que muestre.
Grabado a finales del año 1993 y publicado a comienzos del siguiente, “Mundo Oz” (Acuarela, 1994) no escapa de estos tópicos que se convirtieron en realidades.
El macarrónico inglés se convierte en molesto acompañante durante la escucha de este debut de la banda catalana. La evidente incomodidad de Nacho Umbert al cantar los textos -sorprende la naturalidad que llegaría a alcanzar en su precioso y único larga duración “Adiós” (Acuarela, 1996) apenas un par de años mas tarde-, es una carga más dentro de las cuatro canciones que lo conforman.
Se abre con la más brillante, «So sorry«, ejercicio de estilo enérgico en la onda de The Boo Radleys, para continuar con la muy pobre «Mercuriana» , toda una declaración de principios con ese nombre: subidas y bajadas eléctricas, distorsión, y una búsqueda del caos que practicaba por aquel entonces Mercury Rev.
La Cara B se abre con una cita pop en «Pale Winona«, una infructuosa búsqueda de los caminos de My Bloody Valentine y la escena shoegazze. El EP termina con la atmosférica «Space» (se ve la obviedad incluso en los títulos de las canciones) que tampoco aporta gran cosa al conjunto.
Sin duda, un errático debut, que no dejaba entrever lo que llegarían a ofrecer apenas un par de años más tarde.