El primer disco de Miranda Warning no se anda con prolegómenos, y nada mas darle al play, te lanza a la cara los potentes guitarrazos que dan comienzo a «Despierta». Extraordinariamente pegadiza y muy promocionada, fue una inmejorable carta de presentacion para que el grupo estuviese muy presente en toda España durante el año de su lanzamiento. La versión en inglés, «Wake up», que en principio salia en el disco como bonus track (junto a «Say»), acabó siendo casi más conocida gracias a ser la sintonía televisiva de un anuncio de una marca de relojes. Debido a ello, esta versión fue elegida como segundo single. Una decisión cuestionada por todos los que pensaban que el disco tenía otras muchas grandes canciones, pero comprensible.
Lo que era ya ridículo era sacar como tercer single otra versión de la misma canción, esta vez horriblemente remezclada ya ni recuerdo por quién. Estuvo a punto, pero finalmente imperó algo de cordura entre los mandamases de la discográfica, y para el verano empezó a sonar como tercer single la preciosa e intimista (pero otoñal) «Flor de un día».
Tras un verano lleno de conciertos pero en el que el interés por promocionar al grupo hacía tiempo había decaído, sonó como cuarto single «Cosas que no sé decir», probablemente la mejor canción del disco y una de las indiscutibles de la carrera de Miranda Warning.
Este primer trabajo de Miranda Warning es una bonita colección de canciones que se mueven entre el pop más intimista («Su sabor», «Sin promesas») y el rock guitarrero más melódico («El día que esto sea verdad», «No fue perder») sin descuidar los medios tiempos intensos («Edén», «No vendrás», «Algo nuevo»), prevaleciendo siempre la personal y dulce voz de Lucía, santo y seña del grupo. Además de las omnipresentes guitarras, más potentes y sucias de lo habitual en este terreno mainstream, cabe destacar una cuidada producción que integra ritmos y sonidos electrónicos en casi todos los temas (lo potenciarian en posteriores entregas) y unos coros muy acertados por parte de Alberto Martínez.
Todo esto se combina con una letras elegantes y con las que cualquiera puede identificarse en un momento determinado: entre recuerdos, añoranzas, frustraciones sentimentales, llamamientos a vivir y negativas a arrepentirse por lo ya pasado se va recorriendo emocionalmente un debut muy prometedor.