Primero y más conocido de los cuatro singles que grabaron Los Diapasons. Y fue precisamente con una composición propia de inconfundible aire pop y reminiscencias de Beach Boys por la que conseguirían ser recordados. Todavía con Odón Cosme como cantante, el órgano de Bernardo crea una atmósfera entre opresiva y festiva, que engarza muy bien con las voces de un coro sin palabras. Muy buen tema que pondría a Los Diapasons en órbita y todos coincidirían en que era un grupo que prometía. Esta canción conseguiría la portada de la prestigiosa revista Fonorama, además de unas ventas interesantes a nivel nacional.
La cara B nos muestra un tema lento, ciertamente onírico y misterioso, sustentado por el órgano y la flauta con un buen uso de las voces.