Los Claveles nos entregan su LP debut de la mano de Gramaciones Grabofónicas, once cortes grabados en diciembre del 2011 en Barcelona bajo la producción de Sergio Pérez (Thelemáticos, Anticonceptivas, Pegasvs, etc.).
Un trabajo que tardó más de lo debido en editarse, debido a la salida de Jordi (guitarra) para centrarse en su nuevo proyecto: Coraje. A ello hay que sumar el fallecimiento de Sergio Grulla (batería). Fue un año complicado para los madrileños.
El título del disco proviene, como explica Marcos Rojas en una entrevista en la Mondosonoro, leyendo un artículo sobre los Meat Puppets: «en el se describía el lugar donde vivían, Arizona, como un terreno llano y seco, de mesetas rojizas, en el que al caer el sol reinaba una sensación muy especial de soledad y de energía muy intensa». Una extrapolación castiza que se pone de manifiesto ya con la fotografía de portada: claveles rojos, rosario, navaja y peine. El diseño corre a cargo de Manuel Moreno sobre una foto de Miguel Rojas y Rafa Castells.
Abre «Estafas», cuatro minutos y medio de post punk armado con palmas y con la incisiva voz de de Marcos Rojas. Un corte con vocación de himno en el que no se muerden la lengua: «Con la verguenza no se come ni se almuerza«. En «El hombre de las mil caras» muestran una letra críptica, cargada de dobles sentidos, y en «La pena negra» una inmediatez contagiosa en la que se perciben ecos de Ciudad Jardín y nos describen los males de una gran resaca. Para ello tiran del saber popular: ¨Un hombre que se viste por los pies no puede perder los zapatos de esta manera¨.
En «Relicario«, corte ya incluido en «Tanatorio» (Welden, 2010), aquí revisado incluyendo teclados, adoptan tintes psicodélicos y muestran su cara más íntima y desnuda. «La ruta destroy» es una recreacción costumbrista en la que nos cuentan una historia ficcionada sobre un currante en los inicios de La Ruta Del Bakalao. Una historia plagada de humor, pastillas y velocidad.
El corte homónimo «Mesetario» es introducido por el breve instrumental «La vida es sueño«. Se trata de un tema contagioso, con una melodía para el recuerdo -«las noches no son para dormir«-. En la letra cargan contra las universidades y los psiquiatras.
A continuación llegan las historias de «Santos el suave» y «Cuidado con Sergifuente«, el la primera se acercan al rock ochentero nacional, mientras que en la segunda tiran de tensión y una instrumentación efectiva.
Tras la instrumental «Unidad de quemados» llega el cierre con «Acertijo«, un tema con cadencia new wave y alma ibérica.