El primer trabajo de Sandford Music Factory sale a la luz todavía con el nombre de Sweet Oblivion Band.
“Teach me how to be alone / Kick me, ‘cause I need to hate spit out, I just need a drink / Love me, don’t you know I’m dead?”. Así comienza “A perfect grave”, un corte incisivo que nos trae recuerdos de aquellos maravillosos años 90 en Seattle, y que nos presenta a una banda con una capacidad instrumental y melódica fuera de toda duda, además de a un vocalista, Fernán Varela, con una voz realmente brillante.
En “Never” piden un viaje de ida al desierto, una maniobra de escapismo que los aleje de las sombras y destierre su creencia en los milagros. Riffs armónicos y una melodía cargada de emoción son suficientes para convencernos de lo que tenemos entre manos… Un gran disco.
Cuando la situación lo requiere recurren a medios tiempos efectivos como “Sweetgarden” o a guitarras acústicas redentoras (“Insommiac”, “Mr. Wrong”) para posteriormente descargar adrenalina con cortes enérgicos como “Monsters” o “Empty glass”, quizá el corte más grunge del lote.
El siguiente disco de la banda aparecería ya firmado como Sandford Music Factory, “Awen” (Shiroten / Discmedi, 2011).