Reunidos como avanzadilla contracultural desde las barriadas madrileñas, juntos en una especie de supergrupo, Pseudoparque requería como manifiesto que acreditara su puesta en funcionamiento de un disco en la calle. Es por ello que entran el 26 de junio de 2016 en los estudios DGR Sónica para trabajar allí con Krater (Ginferno) en su estreno.
Su disco de debut tenía que estar a la altura de las circunstancias, tenía que responder a las expectativas de aquellos que conociéndoles, sabían de su apuesta firme por todo lo que se desvíe de lo convencional. Es por ello por lo que no debería sorprender el encontrar sobre todo, la sensación de un divertido caos en la decena de temas que presentan. Voces a la contra de cualquier atisbo de melodía, más propensas al aullido y el grito coreado casi de taberna que a cualquier otro esfuerzo por empastar con la música.
Teclados marcianos, efectos desquiciados en algo así como jam sessions libres de cualquier regla o intento por marcar orden alguno. «Lunes noche» por ejemplo puede pasar por un medley de ruidos y gritos, mientras que «Fundación» tiene por momentos aires de intriga de tonos asiáticos, para desquiciarse sin control al grito de «Los Mercedes no son de la fruta, son de la droga ¡Hijos de puta!«.
Tan pronto cantan en inglés como en francés. Quizás por ello en «Avec Le Pseudoparque» a uno le da por pensar en los experimentos de Stereolab. Pero si en el caso de los de Laetitia Sadier, la transgresión venía por ritmos marcados casi por metrónomo, los madrileños derivan hacia la anarquía sónica en la que caben gritos de «Anormal!«.
Composiciones descoyuntadas, sonidos cacharriles que les acercan en «A tu espalda» al universo de Patrullero Mancuso, mientras que en «Furgón» parecen estar encarando la ruta de la psicodelia. ¿La versión madrileña de The Doors?
Los aullidos haciendo de coros, el ritmo trotón, las voces repetitivas, el órgano irrepetible, y un título para la historia: «Ahora vuelvo, voy a por tabaco«. «Te miro a la cara te quemo la Vespa» es sin embargo lo que cantan en el tema que abre el disco.
Tras semejante órdago inicial hay ya ganas de ver cómo se plantea la continuación de este proyecto explosivo.