Mejor Solo que mal Acompañado

No es rácano en contenidos, información y detalles el primer sencillo del Capitán Entresijos. Vinilo verde semitransparente, hoja fotocopiada en el interior, letras y agradecimientos que continúan en la contraportada, que muestra además al Capitán con el trasero al aire, en una de las instantáneas tomadas en el concierto celebrado en Barcelona, verdadero bautismo del proyecto de Nicolás como superhéroe. Las galletas de cada cara también contienen dibujos de los made in Alehop!, el sello de Murky (Patrullero Mancuso, Pretty Fuck Luck, Grimorio) y Eva (Pretty Fuck Luck, Solex), con el que se editó el disco. Como explica Nicolás en la información escrita a mano era Alehop! el único sello que parecía atreverse con su propuesta. Con ellos trabaja las cuestiones de distribución, mientras el dinero para los gastos de grabaciones y demás salen del sello propio Producciones Esporádicas.

Tiene el título del trabajo mucho de declaración de principios de cómo actuar. Fracasados los intentos de pertenencia a bandas convencionales en sus comienzos, Nicolás se lanza a la arriesgada operación de ejecutar, en modo que raya el procedimiento spoken word, crudas composiciones en las que únicamente las distorsiones y efectos similares acompañan a un áspero bajo.

A pesar de este aparente canto a la autosuficiencia, se encarga de incluir en los créditos del disco, los debidos agradecimientos a quienes más le han apoyado en este comienzo. Por un lado Jesús Mirón (Mal Gusto, J Horror, Baby Horror, Reverbduo), amigo de proyectos piloto de juventud y dueño del Cosmic Bar, desde el que se le ha animado a empezar con el Capitán Entresijos. También se agradece el acompañamiento de Garganta Profunda con sus actuaciones y performances salvajes en el escenario. A tenor de lo relatado por quienes vivieron aquellas experiencias, el dúo que formaban él y el Capitán debía de superar con creces lo que mostraron en su momento Fabio McNamara y Pedro Almodóvar.

La primera cara es para «Sierra madre«, uno de las muestras más claras de cómo funcionaba el Capitán en sus primerísimas actuaciones. Ejercicio de recitado libre del texto en el marco que se construye el mismo con las tormentas desencadenadas desde el bajo y sus efectos de distorsión.

La segunda cara gestiona por contra dos temas más cortos, en los que hay tintes de siniestralidades en «Tratando de encontrar el sentido de la vida«, un amargo canto de filosofía personal que desemboca en alcoholismo. Con un sonoro eructo comienza «Con la pasta en la mano«, pistoletazo con pocas concesiones a alegrías, ni en lo musical ni en los textos.

El Capitán Entresijos no engaña a nadie. Ésta es su propuesta, a lo que canta y cómo lo canta. Ha llegado y como dice en el puro y crudo anuncio como músico, es capaz de tocar en cualquier lado.