Esta canción serviría como pretexto y daría título a la segunda película de Julio Iglesias, rodada bajo la dirección de Orlando Jiménez Leal en 1980. Como sencillo funcionó bastante bien en España. Era el momento álgido de Julio Iglesias y todo lo que cantaba se convertía en oro.
Para la cara B se eligió uno de los pocos temas abiertamente discotequeros del cantante. Coros femeninos despendolados y ritmo abrasivo en plan sonido Filadelfia, que era lo que por entonces se llevaba en las pistas de baile.