Después del excelente primer largo del grupo, este es uno de los discos más decepcionantes que uno ha tenido la oportunidad de escuchar a un grupo español. Las canciones ya no están, en general, al nivel de las anteriores pero es que encima la compañía comete un error gravísimo al encargar la producción del disco a Luis Cobos, que demuestra estar muy alejado del pop nuevaolero que facturaba Mamá, además de no entender en ningún momento las necesidades del sonido de un grupo de estas características.
El pop fresco y sin pretensiones de Mamá y sus melodías y estribillos se pierden ante la maraña de efectos, sonidos de orquesta, ruiditos, percusiones electrónicas, palmadas y bajos funkies. Una sobreproducción muy desafortunada, totalmente incomprensible, innecesaria y, desde luego, demoledora para las canciones, que resultan sosas, flojas y, en algunos casos, hasta insufribles.
Todo ello fue acompañado de una campaña de marketing que incluía hasta cuñas de radiofórmula de la canción que salió como primer sencillo, «Síguelo«, con la letra cambiada. Un desastre que, para colmo, además de las tremendas críticas, fue todo un fracaso también en lo comercial, del que el grupo ya no podría recuperarse.
La decepción se refleja en el comentario escrito por José María Granados para la canción “Síguelo”, en las notas para la recopilación de maquetas de la formación editada por Rock Indiana con el título de “El Show Empieza. Las Maquetas” (Rock Indiana, 2000): «Síguelo: La canción se llamaba ‘Toca seguir’ pero pasaba por allí Luis Cobos y de pronto nos encontramos fliplando en las discotecas de Ibiza. Se transformó luego en reiterativa sintonía de Los 40 Principales y probablemente en una de las causas de la separación de la banda».