Ejercicio de recuperación de las maquetas de Baldin Bada grabadas con pocos meses de diferencia en el año 1985: «Gernika Kokakola» (1985) y «Skakeatzen» (1985) por parte del sello valenciano Vomito Punk Records. Ninguna de las dos es en realidad estrictamente la primera porque se grabó otra antes, aunque la banda prefiere no hablar siquiera de ella, pero son estas dos cintas las que realmente muestran los primeros pasos válidos de la banda de Irún. Se trata de una propuesta que combinaba mucho del punk rock radical de la época y la lectura anfetamínica del ska que hacían por ejemplo paisanos suyos como Kortatu.
Como maquetas que son, los temas suenan en muchos casos como los armazones o esqueletos que posteriormente refinados constituirían, sobre todo, el material que contendría su disco de debut «Lur Azpian Bukatuko Duzue» (Oihuka, 1986)Añade este contenido. Sólo un par de ellos quedarían reservados, en versión remozada, para más adelante. Valen estas versiones primigenias sin embargo, para apuntar detalles interesantes como el de la utilización del teclado como quizás no se hubiera hecho antes en la escena del rock radical vasco, o apuntar en una gama amplia de direcciones posibles: punk de rompe y rasga, oi!, rock callejero o el ska.
Aunque las cintas no incluyen el famoso «Ibilaldia«, un acierto por la originalidad de incluir una combinación perfecta de punk, ska y arin-arin, sí que, por contra, traen el «Gernika«, que no es sino una recreación libre, mordaz y satírica del «Gernikako arbola«, auténtico himno sacrosanto del espíritu vasco. Punk como modo de sorna o burla de las tradiciones al modo que ya hicieran Hertzainak.
Destacan variaciones con respecto a su formato final en disco de temas como «Madero«. Cierra la cinta «Gernikakokakola» y por tanto la primera cara en esta versión de vinilo, y presenta todo un aderezo de aires de rock aflamencado de comienzo con el objeto probablemente de alejar de toda conexión del Norte a las fuerzas de seguridad a la que va dedicada.
En muchos momentos, como en «Txapelgorri«, suenan agrestes, con un punk que tiene mucho de rock callejero, dando quizás a entender que las inclinaciones que luego desarrollarían varios discos después tenían ya un embrión desarrollándose desde el mismo comienzo de la banda. Pero aún así, hay abundancia de aires tropicales, a modo de ensayos de efectos pseudo-dubs rupestres («Neurosis«) o más intimistas (como en «Baldin Bada«).