Justo cuando la escena hip-hop nacional empezaba a recuperarse de la sacudida de “Retorno al Principio” (Avoid, 1998), primer disco de Sólo los Solo, La Mala Rodríguez, tras un par de avisos en forma de maxis, dinamita la escena española con este tremendo «Lujo Ibérico” (Yo Gano / Superego-Universal, 2000) dispuesto a romper oídos y esquemas.
Gracias a la producción de +Graves (Supernafamacho y Jota Mayúscula a los platos) y, sobre todo, a su característico flow, entre el refranero popular, el costumbrismo rural y la dicción flamenca, esta sevillana de pies a cabeza alumbró una obra única, tanto en el ritmo, con las producciones de Dr. Dre de principios de los 90 en la mente, como, sobre todo, en la rima: “A mi no me sacas tu genio que te lo mato / si estas gordo lo dejo flaco / si estas flaco tómate algo / huye de lo malo / búscate un trabajo / hay que hacer algo sano”. Con la fabulosa “Tengo un trato” comienza un disco tocado por la mano de un dios, en este caso, mayor.
Bien acompañada en la producción y en las réplicas vocales –Kase-O y R de Rumba para “En mi ciudad hace caló”, Kultama en “Especias y especies”, Chulito Camacho en el hardcore de “Con los ojos de engañá”, Dive Dibosso a los mandos de la enorme “Yo marco el minuto”, elegida por Julio Medem para la BSO de “Lucía y el Sexo” (2001)-, Mala Rodríguez arma un disco, como el mejor jamón pata negra, con denominación de origen y sin precedentes al arrimar el hip-hop al flamenco y éste a la vida diaria en el extrarradio.
Para ello, caminó la misma senda (excitante pero peligrosa por lo del “flamenquito”) que ya habían caminado Camarón con “La Leyenda del Tiempo” (PolyGram, 1979) y Pata Negra con “Blues de la Frontera” (Nuevos Medios, 1987) varios años atrás; artistas y discos con los que comparte corazón para con el método compositivo, amplitud de miras a la hora de desarrollar su enorme caudal lírico y cerebro para la consecución de unos resultados artísticos pocas veces vistos en este país.
Graciosa, brillante, intensa y poderosamente hábil con el micro (“Yo siempre he sido una artista. Eso se lleva dentro. Se nace o no se nace”), hay que contemplar “Lujo Ibérico” como uno de los momentos más importantes de la música nacional de los últimos 30 años.
“Ven y mira lo que hago / como lo hago / como te saco / como te cato / como me gano el saldo / como me salgo / como lleno mi saco / te pongo a caldo / sin calco / sin tacto / a jierro”. Así termina un disco (con la tremenda “A jierro”) que asume, por fin y con todas sus consecuencias, el carácter pleno del hip-hop en español. El título, fíjense bien, se queda corto.