Tiparrakers empezaron grabando temas para su segundo disco en su local de ensayo en 2011, pero completarían con otros tres tras aceptar la oferta de Gorka Litronita para grabar en sus estudios T y K que estaba poniendo a punto en enero de 2012. Portada de zapatillas J’Hayber y bandas juveniles amenazantes en segundo plano y foto de un tirón desde un coche para la contra. Se trata de la ambientación para «El nene«, historia de robos en salones recreativos, o incluso para «Mano peligrosas«, o la crónica de un ladrón por puro divertimento en el metro. El gamberrismo y ganas de jaleo callejero de su disco anterior se tornan pues en este caso en canciones sobre pequeños delincuentes urbanos.
Delincuentes cuando roban, pero si no, sencillamente salvajes («Sé que no es agradable pero me gusta sentirme un salvaje. no es que que sea un tipo duro, simplemente que no soy maleable«) o de una «bestia» de vecina que siempre va a la contra. «Salvajes» introduce cambios respecto a la tónica general demostrada en su disco de debut. Tiene endurecimiento y velocidad. De alguna manera la música de los vascos se robustece aún más, hacia un rock cada vez más duro. De igual forma la también mencionada «La bestia» también radicaliza la intensidad de la propuesta de los vascos.
Quienes cantaban también a personajes capaces de hacerse valer, de defenderse en la calle con sus puños eran Ilegales. Precisamente es un tema suyo, el «Stick de hockey«, el que versionan para cerrar el disco. Y lo hacen como si se tratara de una banda escandinava con un castellano excelente. La otra versión que incluyen es de The Angels, tema que acometen en inglés.
Persistiendo en parámetros de rock duro y punk canalla de garito, Tiparrakers consiguen sin embargo ir ampliando los recovecos que exploran.