Técnicamente se trata del primer disco de Subterranean Kids, ya que «Subterranean Hardcore» (Patizambo, 1985), su trabajo previo, fue una maqueta hasta su reedición posterior completando la recopilación de Tralla Records, «85/88 The Hardcore Years» (Tralla, 1998). De esta demo se recuperan aquí uno par de temas precisamente: «Canción bestia» y «Gente»
Supuso un paso adelante en lo que a la producción del sello pirata propio, Patizambo Records, se refiere, ya que de la cinta de cassete a distribuir en conciertos y por envío postal, se pasó a la edición en vinilo. Como carecían de permisos, tuvieron que encargar el prensado a un particular, con ayuda de Pa, la hermana de Boliche, para su financiación. La portada es obra de Toni Micó, con una sobrecogedora composición a base de rostros y bocas gritando, y los dibujos son de Manolo Pil.
El disco se grabó y mezcló en un par de días (13 y 14) de octubre y otros dos (7 y 18) de noviembre de 1986 en los estudios Maratón de Barcelona. Se imprimió un millar de copias en su primera edición, teniéndose que esperar a la recuperación que hizo del mismo el sello madrileño de Potencial Hardcore para volver a verlo en circulación.
Los catalanes pueden considerarse con todo merecimiento como uno de los pioneros del hardcore peninsular, y como tales ejercen en discos como éste. Aprovechan los parámetros de contundencia, martilleo desde la batería, bajo galopante y paradas en seco continuas para serpentear con letras agobiantes, de pesadillas y claustrofobias sociales. Escritas desde la introspección más absoluta del que no entiende nada de lo que le rodea, del que rechaza a una sociedad a todas luces injusta y por la que no se siente comprendido en absoluto. Rabia que hay que escupir o tragarse, amenazas directas argumentadas con saña… «Líderes revolucionarios«, por ejemplo tiene letra parecida a la de las críticas vertidas por La Polla Records a los guardianes de la Revolución.
Pero el disco comienza con el nihilismo del sin futuro de «A quién quereis engañar?«. Modos de R.I.P., con nada que se pueda hacer para cambiar esto. Personalmente me sitúo más a gusto cerca de las claves más clásicas de punk-rock de canciones como ésta, o de «La ventana de odio» por ejemplo, que de los ejercicios de fuerza de otros cortes con requiebros de voz rota de Mimo y guitarras serpenteantes intercalados con acelerones despiadados. «Vuestra historia» o esa especie de exorcismo que es «Escúpelo o trágalo«, también me valen para marcar esa aparente diferencia entre estilos.
«Yo«, por centrarse uno en un caso particular, sería el otro polo. Se construye con guitarras que chirrían inclementes, o que desarrollan arabescos de grupo de rock duro, mientras Mimo acelera su discurso a mil cuando se acelera el tema o se regodea en sus psicóticas consideraciones de incomprensión y autoexploración personal.
Cuestiones que tienen su continuación justo un tema después: «En casa me llaman loco«. Uno es uno y se enfrenta al mundo.
«Gente«, una de las primeras canciones que compusiera el grupo en su formación en el local de ensayo de Sentido Común, es un pildorazo de velocidad, como «Harto de todo» y «Canción bestia«, dos auténticas bestialidades.
Un disco contundente.