El cambio a Polydor le ha sentado de maravilla a Franciska que consigue aquí uno de sus discos más destacables. Abre el vinilo la versión de “Los comediantes”, una creación de Charles Aznavour cargada de fuerza popular y casi populachera que glosa la vida de los titiriteros. Un acompañamiento parco con un saxo, una guitarra, un coro masculino y poco más. Sobre esa leve envoltura la cantante se ve en el compromiso de echarse a la espalda la canción y da la cara aceptablemente con un timbre de voz agradable y algo desafinado en algún momento.
La segunda pista es un tema italiano, “Doi, doi”, en la que de nuevo un coro masculino con mucha onomatopeya es casi el único soporte a la voz solista. Ambiente moruno de guardarropía para la versión española de “Notre etoile”,un agradable tema que también grabó Mina. Nuestra cantante logra una muy buena lectura cargada de exotismo.
Y por fin Franciska se desmelena con el twist y no con uno cualquiera, sino con “Twistin’ the night away”. Se nota que aún no está muy entrenada en los ritmos rápidos y salva como puede la situación.