En la promoción anterior al disco, RTVE elaboró un reportaje llamado “Así se Forma un Conjunto”, donde se mostraba cómo se aplicaban los métodos que habían hecho grandes a The Beatles en la creación de Los Brincos. Para bien o para mal, la influencia del grupo de Liverpool les acompañaría en toda su carrera; de hecho les sigue acompañando, porque todavía mucha gente sigue conociendo a Los Brincos como Los Beatles españoles. Si bien es verdad que en este, su primer disco, el principal referente es el merseybeat, no es menos cierto que los momentos cumbre del mismo son donde consiguen llevar esas influencias a su propio terreno.
Los Brincos indagaron el porqué del éxito de los grupos británicos de la época, e intentaron recopilar toda la información posible, desde el estilo musical y la manera en la que estaban estructurados, hasta la importancia de la imagen a la hora de crear una personalidad propia, para poder aplicar métodos parecidos pero adaptándolos a la realidad nacional. Consideran que la mejor manera de funcionar es la profesionalización de la banda, por lo que se impone la dedicación exclusiva y el trabajo intenso. Respecto a la imagen, ahí quedan para la posteridad esas capas y los zapatos de cascabel.
Algo que desarrollarían durante la primera etapa del grupo es una vena canalla y chulesca en sus canciones, como en este disco la garagera “Bye, bye chiquilla” o la magnífica “Flamenco”, con un irresistible comienzo con la batería y la guitarra española, y en la que mezclan los sonidos beat con un ritmo flamenco que la convierte en lo mejor del trabajo. Otra canción que sigue por la vía más lúdica es la que abre el largo, “Dance the Pulga”, que es una revisión de un tema del antiguo grupo de Fernando Arbex, Los Estudiantes, pero aquí superando en calidad a su predecesora; Fernando añadió letra, y le impuso un ritmo más movido, perfecto para los guateques de la época, que hace crecer mucho a la canción. La idea era hacer una canción con baile propio, pero a pesar de que no lo consiguieron, tuvo muy buena acogida como su primer single. Posteriormente la lanzaron cantada en castellano.
El mayor problema surge en la mayoría de los temas cantados en inglés, ya que sin dominar todavía el idioma se les nota las carencias para poder componer de forma que suenen mucho más propios: esto se nota, sobre todo, en las canciones más poperas como “I’m not bad” o “I can’t make it”; mientras en los temas más garageros como “Shag it”, “What’s the matter with you” o “Cry” resuelven mejor la papeleta.
Como no podía ser de otro modo, también tienen su hueco las baladas en el disco, como la sobria “Nila”, que ya había sido grabada con anterioridad por Juan Pardo en un EP que sacó en solitario. En “Es para ti” y “Don’t doubt” se pueden ver las influencias de los grupos vocales norteamericanos de la época con Phil Spector a la producción. Pero la balada que más destaca sobre las demás es la onírica “Es como un sueño”, donde los juegos vocales, el ritmo de la canción y el sonido de la celesta tocada por Maryní Callejo se mezclan perfectamente para darle ese toque ensoñador perfecto.
En definitiva, un disco donde Los Brincos ya apuntaban maneras de que había que contar con ellos en el futuro, y además, algo muy importante, y es que todos los partícipes del disco tuvieron ganancias, un hecho que hizo que el resto de discográficas apostara sin dudar por los nuevos valores, y así Columbia tuvo a Los Bravos, o Barclay a Canarios.