El debut, ya esperado, de A.V.T. vino en forma de este sencillo de cuatro canciones seleccionadas de las que grabaron en su escapada de fin de semana en un pueblo de Toledo. Masterizado en EE.UU. de la edición se encargó el sello madrileño Discos Regresivos, el fanzine 1 Minuto de Gloria en el que algunos de sus componentes participan activamente, Grabaciones Corruptas (esto es, la pareja Txus – Jaime, bajista – guitarrista del grupo, cuando se dedican a grabar) y el colectivo Andalucía Über Alles.
La portada está a la altura del fanzine interior que han elaborado como complemento. Parecido al que se presentó para «No Queremos Vuestras Playas» (2012), un recopilatorio con lo mejor del punk de Madrid, tiene hueco para todo: para fotos de la banda, para letras, para información de las intenciones del grupo y de su trayectoria hasta el momento. Termina uno con la sensación, a partir precisamente de dicho texto, de que solidariamente unido a la dosis de rebeldía, la actitud de la banda emana una fuerte componente de entrañable ternura. Activismo que arranca sonrisas de complicidad.
Las reverberaciones de «Sería mejor no despertar» son las que empiezan todas las hostilidades. La canción es probablemente la mejor del disco. La letra tiene algo de ese nihilismo amargo, oscuro y desesperanzador de Obediencia o Rata Negra y aunque musicamente es evidente que se trata de propuestas dispares, algo hay en las guitarras de esas ganas de una épica similar.
Cuando canta Eva todo parece volverse algo más entrañable a pesar de que las letras puedan ser todo lo políticamente incorrectas que gustan a la banda. La historia de amor en un entorno político norcoreano de «Amor juché» tiene algo de los recovecos de aquel «Assumpta» de Siniestro Total. La parte del fanzine interior dedicada a la canción no duda en mostrar explícitamente cómo toda la aventura por el país asiático acaba con masturbación al líder supremo. Pero todo ello, cantado con su voz y arropado por guitarras que suenan torpemente brillantes, adquiere un tono irresistiblemente juvenil.
Por muchas amenazas que formulen en su intento de poner todo patas arriba A.V.T. suenan tiernamente joviales. La clave está en algo que indican en el interior: «Hoy la diversión es terrorismo. Por eso el terrorismo se ha convertido en nuestro principal obejtivo«. Su «Temblad» recuerda mucho, en su sonido cacharril y refrescante a guitarras de Wedding Present. Y es que el punk de los madrileños tiene, curiosamente, mucho de los parámetros del indie británico.
Un sencillo de lo más prometedor que despierta las mismas ganas de oir más de la banda como las que había por saber de su debut.