Tras algún que otro coqueteo con el folk en su anterior trabajo, “Visions from Oniria” (Aloud, 2011), The Last 3 Lines se deciden de forma definitiva a adentrarse en este género típicamente norteamericano; síntoma de querer tomar riesgos y de que no les importa el qué dirán, siempre y cuando, su determinación les lleve hacia dónde les indique su evolución sonora. Y si me permiten que les cante las verdades del barquero, piensen que en España es mucho más fácil hacer público con un disco de rock que con uno de folk. Simple.
En esta ocasión el nuevo trabajo de la banda catalana es una reconversión a formato acústico de temas de su anterior trabajo “Visions from Oniria” (Aloud, 2011). Pero lejos de regrabar los temas con el piloto automático mientras toman un café y le lanzan piropos a la azafata, The Last 3 Lines nos sumergen en una auténtica reconfiguración sonora y estilística de sus propios temas, que adquieren una nueva dimensión y una personalidad propia sin perder la identidad primitiva.
Abren en una apuesta por el tono íntimo de arpegios con voces timbradas y cálidas “Trail of Breadcrumbs” y “Ageless”, en esta última ya nos presentan los primeros rasgueos meridianos y rotundos de acordes, para seguir con el trazado progresivo de “Revelation” y sus acertados coros que aderezan la enredadera de guitarras ensoñadoras y lánguidas.
Pero hay más, “Insomnia” te agarra por el cuello con una simple, pero candente, rueda de acordes que desparraman bourbon. “Fish Tank” vuelve al tono intimista del inicio del EP y cierra el toque pop de “Lonely Parade”, que deja con su suavidad un buen sabor de boca en este nuevo experimento acústico que tiene todas las papeletas para ser el kilometro cero de una nueva y excitante etapa del grupo barcelonés.