Alfonso Carlos Santisteban era en esos años un compositor de bandas sonoras y eso se nota en los temas e instrumentaciones de este disco, especialmente en su cara A “Las noches alegres”, una canción deslavazada en la que el ritmo y coros femeninos parecen ir por un sitio y la voz solista por otro distinto. Más ajustado y atractivo parece la cara A, un tema muy rítmico con los sempiternos coritos cinematográficos propios de la España de la época y una orquesta presidida por una batería compleja y contundente con subrayados de metal y flauta. Una composición bastante encomiable con mucho ropaje rítmico y poco recorrido melódico.
Marisa debuta como cantante de voz agradable y profunda con escasa trayectoria tonal. Desde luego, bastante mejor que otras congéneres televisivas que en los 70 también se echaron al monte del vinilo, tales que Victoria Abril o Susana Estrada.