En 1970, después de un año sin nuevas grabaciones, Manolo y Ramón viajan a Londres de la mano de una nueva discográfica, CPI para grabar un LP en el que colabora nada menos que George Martin, antiguo productor de los Beatles. El citado sello muere casi antes de nacer y, a pesar de los enormes gastos, tan solo pone en el mercado este single de la pareja.
La primera vez que escuche “Lagrimas, sonrisas” tardé casi dos minutos en convencerme de que se trataba de una grabación de Manolo y Ramón. Me sonaba a Canarios, Conexión o gente por el estilo. Rhythm ‘n’ blues renovado con vientos, coros femeninos y hasta toques de guitarra progresiva para una canción a contraestilo que suena rara, pero contundente, en sus voces. Una de esas rarezas que rompe esquemas y vuelve a poner de manifiesto la enorme versatilidad de Arcusa y de la Calva, especialmente como autores capaces literalmente de componer en cualquier estilo sin perder su toque personal.