Tras dos años alejada de la música, Cristina regresa. Lo hace con este sencillo y el subsiguiente LP “Mis Amigos me Llaman Cris” (Belter, 1973). Dos canciones de los dos compositores e intérpretes mejor considerados en aquel momento, Camilo Blanes (Camilo Sesto) y Juan Pardo.
“La voz de un niño” es una balada calmosa que se desarrolla in crescendo, sumando intensidad e instrumentación según transcurre el tema. Una buena canción, que poco tiene que ver en su letra y sobre todo en sus arreglos con lo que esta cantante nos tenía acostumbrados. Nos encontramos con una Cristina íntima, dulce, sin prisas ni estridencias, que conduce el tema con suavidad. Posiblemente carece de la comercialidad necesaria para un regreso sonado, pero es una canción para gustarse y para gustar a un público que ha ganado, como ella, en años y experiencias.
“Barco de vela” es otra balada. Esta con un aire más campestre –marítimo si atendemos a la historia que cuenta su letra-. Contiene uno de esos estribillos made in Pardo que se abrocha a las estrofas como una parte de ellas. De nuevo, una Cristina de voz contenida y afinada, alejada de la voz indómita de sus inicios.
En fin, un buen disco de regreso que hubiera merecido un poco de escalada en las listas de éxitos.