Siguiendo el ejemplo de discográficas como Sub Pop o Munster, el sello coruñés El Beasto crea su propio club del vinilo en una loable defensa de un formato que si no llega a ser por iniciativas de este tipo estaría abocado a su desaparición.
¿Por qué se decidieron a relanzar las primeras grabaciones de la Viuda? La respuesta es sencilla: Dani Punta es un cliente habitual de la tienda del sello regentado por Alberto Lodeiros, quien quería recuperar su etapa más punk y destroy, ya que su único disco, “Completamente” (La General / Fonomusic, 1987), es mucho más pop y no refleja realmente el espíritu y la actitud del grupo en sus orígenes.
Basta escuchar “Viuda Gómez” o “Me encerré en el ascensor” para darnos cuenta de lo que hablamos, de punk acelerado sin pulir, de trallazos enérgicos con vocación ruidista que como comenta Jesús Ordovás en la contraportada del disco, recuerdan al poder primigenio y transgresivo de los también coruñeses Triángulo de Amor Bizarro, salvando las distancias claro.
Tras encerrarse en el ascensor, nos dejan clara su adoración por el Nodo en “Me gusta el Nodo”. Llega el tercer corte “Te falta un diente” y logra robarnos más de una sonrisa con su letra desenfadada, sin embargo las estructuras sonoras, basadas en la potencia y el ruido comienzan a volverse repetitivas. Nos encontramos con la cara más punk de “Gorda”, corte que incluirían en “Completamente”, eso sí, depurado.
En “Yo nací en un Castromil” mezclan su vertiente post punk con la más destroy y potente para dejarnos claro que nacer en un Castromil en el trayecto Boi Morto – Lalín tampoco está tan mal.
Cierra “Hoy me encontré una gorra de guardavías”, con un sonido sucio -guarro- y unos efectos con aires de psicodelia que elevan el listón de un disco que no destaca por sus desarrollos, sino por la actitud tan marcada de un grupo justamente rescatado del olvido.