En 1990 y con el grupo consolidado, ya con un público muy fiel, atravesarán una etapa de mayor madurez y profesionalización; para ello se producirán importantes cambios: para empezar, cambian de discográfica a otra con más medios, Pasión, y cambian de lugar de grabación. Este disco se grabará en los estudios Quarzo de Madrid. Además, deciden dar una vuelta al sonido, con la incorporación de un quinto miembro, el guitarrista Quino Díaz. En la grabación contarán además con distintos colaboradores que dotarán a su sonido de un mayor empaque. Más Birras se enfrentan, por fin, a la tarea de grabar todo un larga duración, con una producción más cuidada y dirigida a llegar a un público más numeroso.
En el plano musical, el grupo se abre a nuevos sonidos, y poco o nada queda del rockabilly de sus inicios. El principio del disco, sin ir más lejos, podría despistar un poco a sus seguidores más rockers. Dos canciones muy diferentes, pero ambas de sonidos latinos. “La telaraña”, un tema con arreglos de viento que parece más propio de un grupo como Los Coyotes que de lo que nos habían demostrado en anteriores entregas, a pesar de que el gusto por la música de raíces sudamericanas no es ninguna sorpresa en Mauricio Aznar. Así, el disco continúa con “Perla criolla”, una canción más lenta, con guitarras rockeras, pero también con cierto aire latino.
El sabor country y folk, otras de las grandes influencias del grupo, sigue muy presente en canciones como “Hay una cruz en el saso” y “Arriba en la montaña”, con letras sobre la despoblación y el abandono de los pueblos aragoneses como en “Nada queda” o la versión del “Kisses sweeter than wine”, un tema tradicional americano popularizado en los 50 por The Weavers, el grupo de Pete Seeger, adaptada como “Besos dulces como la miel”.
El resto de canciones retoman temas clásicos en las letras del grupo, como el viaje hacia una nueva vida, el desamor o la amistad. Son temas más rockeros, menos clásicos, más cercanos a músicos como John Mellencamp que al rock años 50, como “La última traición”, “Tú no has cambiado”, “Pronto nos veremos” o “Sin sentido”.
Aunque se trata de un disco irregular, con un grupo que sigue buscando su propio sonido, lo cierto es que el conjunto no está nada mal, el sonido mejora, y el grupo da un salto de calidad, al tiempo que llega a un mayor número de público.