La tercera referencia de Los Rayos se abre con el slow-rock compuesto por Félix Tejero, «La primavera«. Aires solemnes, donde los oscenses siguen sacando brillo a su hecho diferencial, sus destacados arreglos de metal. Bastante más olvidable es su cara B, un «Don Ramón» bullicioso y pachanguero a ritmo surf-rock, más propio de grupo de verbenas populares que de un grupo de rock.