Tras «Hecho, Es Simple» (La Madre-Superego, 1997) y «77» (La Madre-Superego, 1999), dos discos enormes que ensancharon el panorama del hip hop nacional hasta límites insospechados, del tercer disco de 7 Notas 7 Colores se esperaba todo (y mucho más). Con gran parte del LP grabado en Los Ángeles y teniendo prácticamente como integrante fijo del grupo a DJ Vadim en las bases y en los skratches, todo parecía indicar que ese tercer gran disco llegaría.
Pero los pechos pixelados (y siliconados) de la portada de «La Mami Internacional» (La Madre, 2000) dan en cierta medida una pista de lo que vamos a encontrar en el disco. Si bien en la parte técnica el sonido roza la perfección con un Dive Dibosso que cada vez va a más y un DJ Vadim que despliega su virtuosismo en platos y samplers con la naturalidad habitual, las letras de Mucho Muchacho y Eddie La Sombra no están a la altura de semejantes productores. No es que Mucho Mu haya dejado de ser ese MC chulesco y lenguaraz pero con un encanto irresistible (como él mismo dice en el séptimo corte de este tercer disco, «Mucho, eres un cabrón pero te queremos«).
En «La Mami Internacional», Mucho Muchacho está falto de gasolina y hasta de gracia, sustituyendo su habitual verborrea por el uso excesivo de sus frases características («Cabrones con más y todos esos rollos«), y saludos continuos a su ciudad de origen (si por la tercera canción aún no sabes que Mucho Muchacho es de «El Prat, Barna» es que no has estado prestando mucha atención). No es casualidad que la duración de los temas apenas dure tres minutos. Mu está cansado o no tiene mucho que decir (el gran mal de los MC españoles, según Kiko Veneno).
Lo cual no quita que el disco tenga momentos enormes (pero recordemos que los dos LP anteriores son un momento enorme tras otro, canción a canción, rima a rima, ritmo a ritmo). También hay que insistir en el buen hacer de Dive y Vadim. El primero crea otro clásico del grupo, «Nikes nuevas«, donde el Muchacho da lo mejor de sí haciendo lo mejor que hace: partiendo de algo aparentemente insustancial como la marca de unas zapatillas crea un hit en toda regla (en el 2006 Tote King volvería al tema con «Botines«). Los skratches del hábil y suave Griffi de Sólo los Solo («como lo sa-bí-a yo«; sí, es la Mala Rodríguez en persona o, mejor dicho, en vinilo) y el bombo tropezón de Dive son el trasfondo perfecto para un Mucho Mu (momentáneamente) en plena forma que nos cuenta historias de calle, marihuana y hip hop: «7 notas 7 colores, estamos puestos, como Ray Liotta en ‘Uno de los nuestros’«.
Vadim, por otro lado, se permite el lujo de jugar con sus vinilos (algunos de 7 Notas 7 Colores) en «Vadim Skit» y «Counting song» (esta última muy «DJshadowiana»), que no difieren mucho de cualquiera de sus temas en solitario. Durante el resto del disco regala bases de primera categoría como los violines de película en «Mucho eres un cabrón» o el bajo vacilón de «Dímelo es verbo«.
En definitiva, da la impresión de que si bien los colaboradores de Mucho Mu van a por todas, en el 2000 él se durmió en los laureles. A lo mejor si lee esto se espabila un poco (o nos parte la cara, qué más da; el caso es «hacer algo«).