En el año 2003 Le Punk irrumpió en la escena sorprendiendo a todos con este disco autoproducido y distribuido por Zero Records. Al principio todo era un misterio debido a un nombre tan particular y una portada tan enigmática, pero no tardarían en convencer al público, convirtiéndose en una de las revelaciones de aquel año y reuniendo un grupo de seguidores muy fieles.
El disco comienza con el despertador de «Chucho». Ésta es una canción extraña, como agonizante, pero fascinante al fin y al cabo. Quizá difícil para principiantes pero muy querida y apreciada por los fans del grupo. «El delito del amor», primer single del grupo, es un tango amargo pero potente. Una de sus canciones más celebradas. Para ella rodaron su primer videoclip, a cargo de La Productora Muerta.
No tarda el grupo en demostrar lo que son capaces de hacer. «Sol de enero» es todo un ejercicio de swing frenético, que ha servido muchas veces de cierre en sus conciertos. Lo mismo ocurre con «Así me va», los dos los temas más movidos del álbum con diferencia, son una verdadera fiesta a pesar de contar con letras tristes, como odas al fracaso o la celebración de una nueva derrota. Estas dos canciones ayudarían a definir la personalidad del grupo.
«La noria» es un canto al inconformismo, una canción con constantes variaciones de ritmo, de la serenidad al desenfreno en cuestión de segundos, hasta perder la cabeza. Este tema es uno de los momentos clave de sus conciertos, con el que se lucen Joe a la guitarra y, en su momento, Tuli al saxo.
A «Tan muerto como vivo» posiblemente le toque ser la tapada, la canción que no reluce en un primer momento pero que a base de escuchas se revaloriza con facilidad. Canción más contenida que las anteriores, tiene posiblemente la mejor letra del disco.
Tras la potente y ya comentada «Así me va» llega «Veneno», que puede ser la canción que marca el comienzo de la segunda parte del disco. O puede que simplemente sea la manía del ser humano por organizarlo todo, pero si este disco hubiera aparecido en el auge del vinilo pasaríamos ahora a hablar de la cara B, que baja las revoluciones significativamente a medida que se acerca el final, y donde el tango está aún más presente si cabe. Precisamente, «Veneno» es un intenso tango de resignación ante un amor tortuoso pero inevitable. «Canalla» es otro ejemplo claro de ese espíritu que Le Punk quiere imprimirle a sus canciones, “Suelo cerrar los bares, romper verdades que un día construí”.
«Engañadora» será una de las pocas canciones que no lleve el sello del tándem Alfa-Joe, ya que está compuesta por Daniel Fdez., Patillas. Con una buena letra, sigue la tónica general del disco, que se completa con aires porteños hasta el final con la excepción de «Tristeza», sufrida balada.
En definitiva, «La Logia de la Canalla» (Zero, 2003) supuso una buena carta de presentación para un grupo muy original, y sobre todo prometedor.