Compartido entre los madrileños La Familia Heenan y los malagueños Sado After Dead. Mugretone (Webelos, Asiatics, X-Prays, Grupo Sub-1), responsable del sello Discos de Mierda, los emparejó para este disco por las similitudes que encontró en ambas bandas por su punk-pop melódico con querencias al ruido.
Gustoso a mostrar sus posibilidades como diseñador gráfico, el responsable del pequeño sello madrileño, presentó las casi trescientas copias que editó del disco con cuatro portadas diferentes. El modelo primero venía ilustrado por una enorme planta (veáse la cara Heenan) que se disponía a hacer de las suyas en una (vieja) ciudad (véase la cara Sado). En el segundo modelo aparecían Epi y Blas con pelambreras pintadas a mano con rotulador para tapar convenientemente la entrepierna de la chica formal que cantaran en la primera cara la Familia Heenan y el bigote de Stalin con el que ilustrar los deseos de estos últimos por retornos a viejas tensiones del pasado. El tercer modelo era un claro homenaje a la cuestión de luchas americanas que tanto gustan a La Familila Heenan; y finalmente en el modelo cuarto se presentaba una parodia de la maqueta de Sado After Dead, que parece construída como una composición entre portada de los Clash y Sex Pistols.
La cara Heenan, la que ocupan los madrileños, aporta cuatro temas que grabaron en los estudios Geek de Boadilla del Monte (Madrid). Comienza por su declaración para con el pressing-catch, auténtica pasión que comparten casi los cuatro componentes, y que incluso inspira el nombre de la banda. Rápida y sin pocas contemplaciones para que puedas entender lo que canta Juan, que adopta lo que desde Discos de Mierda definieron como tono mongolo.
«Qué chica tan formal» resulta quizás el tema más arisco de los cuatro con los que contribuye el cuarteto. Ritmo de rock and roll de corte clásico pero acelerada hasta el infinito. Colabora incluso Vero desde la batería a los coros.
Quizás me quede con la planta hambrienta y con problemas de colesterol. Es la más lenta, con un comienzo de riffs lentorros de bajo-guitarra. Juan llega a sonar como Coppini en su época con Siniestro Total.
Finalizan con sus deseos de vuelta a los tiempos de la Guerra Fría, los telones de acero y los muros de Berlín. Temática recurrente en los discursos radiofónicos de Demi, el bajista, también dio material para algunas de las canciones que facturase Mugretone en sus combos.
La cara Sado da el turno a los malagueños de Sado After Dead. Empiezan con la consabida pregunta previa al ligoteo nocturno, el ¿estudias o trabajas? del tema «Porque yo lo valgo«, en el que se escuchan hasta cencerros como apoyo a la batería. «Vieja Ciudad» parece, sin embargo, la más cuidada de las tres canciones. Ritmos ramonianos en la guitarra y aires de nostalgia y desapego para con la ciudad. También tiene algo de rock de high-school americano el «Trauma infantil» con el que cierran el disco. Sorpresas de trasvestismo que incluso acompañaron con un video más que casero para circular por internet.
Disco de punk gamberro, simpático, sin muchas más pretensiones.