Último de los discos de Núcleo Terco antes del parón que se impusieron en el 2010. Nombre de la banda en ruso y dibujo de encapuchados en la calle.
Se inspiran para el nombre en la organización clandestina obrera gallega que operaba en los 70 en defensa de los obreros ante la patronal.
Se acelera y endurece el rock en la música de los vallecanos, con muestras evidentes de que empiezan a apuntar en otras direcciones como, por ejemplo, en «La ley del combate«. Vuelven al formato de dos cantantes, garantizando la contudencia en los mensajes.
Para las letras hacen un repaso por el comunismo chino («La larga marcha«), le cantan a Paolo DiCanio, el jugador italiano de conocida proximidad a la figura del Duce Benito Mussolini, al que dedican una canción con título que hace mención explícita al linchamiento que sufrió el mismo («Cabeza in giú«) o a los cazabombarderos rusos Sturmovik.
El tono del disco es efectivamente mucho más próximo al rock acelerado, al thrash, avanzando que Núcleo Terco se va alimentando de los gustos y estilos de los distintos miembros que van pasando por su formación. El resultado es por tanto, un progresivo alejamiento de las coordenadas del street punk de los comienzos.