Una canción que pilló a todos por sorpresa. Salida de las brumas galaicas, nos habla de gaitas, castiñeiros y al final se desborda en romería y pandeirada
Contra todo apriorismo, “La charanga” se convertiría en un nº 1 absoluto a pesar de su extensión inapropiada para un sencillo. La canción en sí tiene un desarrollo casi sinfónico con cambios de atmósfera marcados primero por el quejido la voz del solista, después con la entrada del coro masculino montado en una onomatopeya y con un tercer movimiento de incontinencia rítmica. Un complejo tema que sabría colarse en los poco avezados oídos de los oyentes.
Personalmente, recuerdo que éste era uno de los cinco o seis discos que había en las pistas de atletismo del INEF de Madrid, donde servidor por esos años entrenaba a diario. La habré oído lo menos quinientas veces mientras hacía series como un poseso.
Mucho más breve y directa es “Ya se acabó” un tiempo medio que queda totalmente oscurecido por la otra pista y con el que el cantante se muestra un tanto melifluo.
La discográfica no veía claro la edición de esta canción e intentó disuadir a Juan, que estaba empeñado en debutar con un disco, cuya pista principal fuese cantada en gallego. Finalmente Zafiro-Novola sacó por su cuenta este disco en castellano sin avisar. El cabreo de Juan Pardo fue morrocotudo y, ante sus amenazas de irse a otro sello, se publicó también en gallego.