Un single que se dio la vuelta a las primeras de cambio, olvidándose su cara A y poniendo la B en los puestos de honor de las listas de ventas, en todas las emisoras y en los bailes de romerías y verbenas. Y no es de extrañar. “Kyrie Eleison” es un canto seudoeclesiástico cuya única letra es su propio titulo. Los Albas logran convertirlo en un rezo de viejas beatas con unos coros deplorables dignos de una cuadrilla de sacristanes de voces cascadas.
En cambio, la cara B con letra de Atahualpa Yupanki y música del mismo autor convertida en un pum pum catapam chim pum rítmico. Cantada al unísono por los miembros del grupo y con un solo de guitarra desabrido se convirtió en un gran hit y dio pie al estilo Albas, consistente en tomar temas del folclore hispanoamericano, acelerar el ritmo y convertirlos en una pachanga bullanguera.
Aquello sorprendió y hasta gustó en un principio, aunque después repetirían la fórmula hasta límites de lo insoportable. El disco se vendió muy, muy bien y llegó a los primeros lugares, colocando a Los Albas como conjunto puntero.