Una letra en la que ya en el primer verso rima Jim con Valentín en un contexto de boda con iglesia y padrinos, uno se pone en lo peor. No me extraña Jungle Jim saliera por patas de la ceremonia nupcial, cruzase el mar y se perdiera en la inmensidad del mar. La pena es que las circunstancias le impidieran hacer el equipaje y en su maleta no incluyese este disco para que perdiéramos de vista este vinilo.
En la cara B una trompeta con sordina, una percusión nutrida y una melodía de poco originalidad y una letra anodina acaban de rematar la faena de un single realmente flojo, que, no nos extraña, no obtuvo ventas brillantes ni mucho menos.