Primer larga duración de Los Frenos después de las dos entregas anteriores, de minutaje mucho más corto: «Dame Rock» (Autoproducido, 2004) y «Frenocracia» (Autoproducido, 2007).
Grabado en marzo de 2010 en el local del centro Nuntxaku (Bermeo) y mezclado en los estudios londinenses Supernova del amigo de la banda Ibon.
Repiten Los Frenos con la opción de la autoedición, sin que ello suponga merma alguna en la calidad del producto. Presentado con portada de fondo negro en la que aparece la figura de un samurai en blanco que acaba de practicarse el harakiri. El rojo de su sangre completa la paleta de colores. Incluyen hasta los preceptivos dos rombos con los que, hace ya años, se indicaba el carácter de «sólo para adultos» de las películas emitidas en la televisión española.
Para la contraportada los títulos de las canciones con motivo de casa japonesa en blanco. En el interior una hoja con las letras y una foto de aviadores nipones con las caras de los miembros del grupo.
Resulta un trabajo mucho más completo que las entregas previas del grupo. Muchísima intensidad, la habitual del combo vasco, anunciada por los contundentes rasgueos iniciales de la guitarra de «Vampiro oriental«, el primer tema. Pero además resultan meritorias las letras de muchas de las canciones. Sin excesivas florituras, consiguen introducir una alta dosis de ingenio. Son varios los ejemplos en el disco: «Amarrosa, te quiero«, «Delincuencia comarcal«, «En FP«, «I am Muzzy«… Una posible comparación, por qué no, son los gallegos Siniestro Total, y cuando se trata de ironía algo ácida, incluso La Polla Records.
Como en la primera de ellas, «Amarrosa, te quiero» donde se arremete contra la nutritiva televisión, la caja tonta. La periodista Ana Rosa «así de fina, así de hermosa» resulta el modelo a imitar. La guitarra tiene cierto aire del Oeste vaquero.
«Delincuencia comarcal» tiene clara orientación ramoniana, referente de la banda desde sus principios, por otro lado. Cuenta las correrías de un Torete local, con Seat Panda trucado y todo.
Otra muestra la constituye la crónica de cómo se va el día para un estudiante de Formación Profesional como «En FP«. Una de las mejores, porque combina los ramalazos de dureza con una muy buena letra.
Uno de los dos torpedos en euskera es «Lo Monaco«. Cañonazo a mil por hora.
Parece «Cabezamotor«, por el título y la rudeza de la música un homenaje al descubierto de Motorhead, banda que marca directrices también para otra banda del Norte como Motorsex. En la letra mención a ser un Hell Angel sobre una vespino.
Los Frenos hacen también sus referencias a las carreteras y la velocidad. «Mondragón» es una de ellas, y que podría tener algo de temas como «A-68» de M.C.D. -de su «De Ningún Sitio a Ninguna Parte» (Oihuka, 1991)– o del «Me gusta conducir» de Cicatriz -en su «4 años, 2 meses y 1 día» (Zika, 1991)-, que van en esa onda.
Con «I am Muzzy«, que está bastante bien, nos ofrecen una clase de inglés a ritmo de punk-rock. Es un tema trepidante que te hace pensar en los Dead Kennedys.
«Hey nena» cuenta de las erecciones motivadas por el culotte de la ciclista a la que nunca parecen poder atrapar. Otro de los temas a tener en cuenta. Además cambia un poco el tono con respecto al resto. Aires un poco siniestros que no esperas con la letra. Rock del bueno. Inmersos en esto de las comparaciones yo me aventuraría con Barricada o los Pixies.
El ritmo puede ir a mil sin problema en ocasiones; como con «Vic Firth«, donde se descubre que la chica ha terminado amaneciendo en la habitación de motel del otro.
Un disco intenso, que consigue sacar varios cuerpos a la producción anterior de la banda. Hará las delicias de los amantes del punk-rock poderoso, del rock de maquinaria pesada, rezumando grasa de carretera.